- Agricultores, técnicos e investigadores impulsan este proyecto sin ánimo de lucro que tiene como objetivo impulsar la biodiversidad cultivada, así como conservar y recuperar variedades antiguas que están en peligro de extinción
- Actualmente, más de una decena de productores artesanales forman parte de esta red que cultiva más de 100 variedades de semilla y que fue presentada ayer en la feria ecológica de Zerain
Aleka es una red sin ánimo de lucro que nace para generar una alternativa al actual mercado de semillas, controlado por grandes multinacionales que “imponen uniformidad y erosión genética y cultural a nuestra agricultura”, señala Miguel Arribas, el principal responsable de esta iniciativa que se presentó ayer en la feria ecológica de Zerain. Tal y como sucede en el resto de países desarrollados, la reproducción de semillas y el conocimiento tradicional asociado a esta labor “ha desaparecido casi totalmente de nuestras explotaciones en las últimas décadas”. Además, en Gipuzkoa “no existe una producción profesional de semillas, salvo excepciones como la alubia de Tolosa o la guindilla de Ibarra, y lo poco que se produce está exclusivamente orientado al autoconsumo”, explica Arribas.
Por ello, a los profesionales del sector no les queda otro remedio que comprar a las grandes multinacionales. Como ejemplo, algunos cultivos especialmente valorados en nuestra cultura culinaria, como es el caso del tomate Jack-F1, que es la variedad más producida tanto en explotaciones convencionales como ecológicas (el 99% del tomate cultivado en Gipuzkoa sería de esta variedad, según el estudio realizado por Hazizaleak en 2016), pertenece al conglomerado empresarial de Monsanto, apunta el responsable de Aleka. Y añade que, en muchas ocasiones, es prácticamente imposible determinar el origen de estas semillas.
Ante esta realidad, hace dos años se creó un grupo operativo formado por agricultores, técnicos e investigadores con el objetivo de dar forma a Aleka, un proyecto pionero en Euskal Herria que cuenta con el apoyo de Biolur, ENEEK, el Laboratorio Agroambiental Fraisoro, el vivero Blasenea, Kimubat Paisaia y la finca agroecológica Karabeleko. Con este esfuerzo de coordinación entre agentes afines del sector, se ha podido materializar el reto más ambicioso de este proyecto: la comercialización directa de la semilla ecológica producida de forma artesanal por una red de productores local que cuenta actualmente con más de una decena de miembros.
De esta forma, Aleka contribuye a la soberanía alimentaria, abasteciendo al sector de semilla de calidad y adaptada a las características de nuestro entorno. Asimismo, apuesta por reforzar el tejido productivo local, la pequeña producción familiar y agroecológica, y la economía sostenible. Con una producción actual de más de 100 variedades, Aleka ha iniciado su andadura en el mercado comercializando su producto en ferias, viveros ecológicos y varias tiendas. Su objetivo es ir consolidando la producción y ampliando la red de baserritarras que formen parte del proyecto. Otro de sus principales objetivos es concienciar sobre los riesgos para la biodiversidad y la sostenibilidad medioambiental y económica que entraña el monopolio del mercado por estas grandes compañías que se han apoderado de todos los eslabones del sector de la alimentación.
Atrás